“Don Repollo y doña Berza, (…)
Verdes fidalgos de España.
Casáronse, y a la boda (…)
Vino la nobleza y gala.
Vana y hermosa, a la fiesta
Vino doña Calabaza;
Que su merced no pudiera
Ser hermosa sin ser vana.
Sin aseo y con fanfarria,
Presumida, sin ser fea,
De frescota y de bizarra. (…)
Llegó, muy tiesa y cerrada,
Con su apariencia muy lisa
Y su condición muy agria. (…)
Doña Alcachofa, compuesta
A imitación de las flacas:
Basquiñas y más basquiñas,
Carne poca y muchas faldas. (…)
Su calavera morada,
Porque no llegó en el tiempo
Del socorro de las calvas. (…)
Persona de muy buen gusto
Don Limón, de quien espanta
Lo sazonado y panzudo,
Que no hay discreto con panza.
De blanco, morado y verde,
Corta crin y cola larga,
Don Rábano, pareciendo
Moro de juego de cañas”.
“Boda y acompañamiento del campo”, Francisco de Quevedo, en ALMENA, Fernando (1987): Morito de Caracatucón, Valladolid, Gráficas Andrés Martín
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