- La segunDa cosa que debéis
saber es que la mermelada fresca de mirtilos es lo mejor que se puede comer, no
solo para desayunar, sino como acompañamiento para unas crêpes. Así que, ahora mismo, salid a donde os he dicho, ahí
enfrente, coged estos cubos y traedlos llenos de mirtilos. Se os mancharán las
manos de azul, pero no importa: la piel y vuestras uñas azules serán la prueba de
que habéis disfrutado de una mañana de recolección de frutas en medio de la
naturaleza. Como hacían los hombres primitivos de los que, en el fondo, no nos
distinguimos tanto: tomaban lo que la naturaleza les daba para vivir y para
disfrutar. Somos unos privilegiados.
Frau Adine puso dos cubos de plástico blanco en las manos de sus
dos jóvenes amigos y los invitó a salir de la casa.
-Frau Adine –dijo Carolina.
-¿Sí?
-Ha dicho que había tres cosas
que deberíamos saber. Y solo nos ha contado dos. ¿Cuál es la tercera?
ALCOLEA, Ana (2010): La sonrisa perdida de Paolo Malatesta. Editorial
Oxford, El árbol de la lectura; 6: Madrid. Páginas 153-154.
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