Los guías nos han repartido unas bolsas de papel en las que ponía PICNIC porque haremos una excursión y comeremos en la montaña. Hemos mirado qué había dentro y no tenía demasiada buena pinta: un bocata de queso, otro de un embutido muy extraño de color naranja, un trozo de lechuga y un yogur. En cambio el Melón tenía un huevo duro y un plátano. Es un enchufado porque viaja en otro autocar de más categoría que el nuestro. Nos ha dicho que partiría el huevo en tres pedazos y lo compartiríamos, pero que el plátano no, porque tiene mucho potasio y él necesita potasio.
CARRANZA, Maite (2011): Víctor y los vampiros, Barcelona, Edebé, p. 114.
No hay comentarios:
Publicar un comentario