Nuestra actuación con el super rap de san jorge de los YFR fue todo un éxito, pero lo mejor fue la ciudad que hicieron Mika y Khalil. Había quedado spec-ta-cu-lar. Sobre una montaña de bizcocho se levantaba un castillo de chocolate con soldados de galleta en sus almenas. Y, debajo, las casas. Los carteles de las tiendas eran de caramelo; había caballos de gominota arrastrando carros de pan dulce, figuras de chocolate y azúcar paseando por las calles pavimentadas con obleas… En la pared habían expuesto todos los dibujos de Khalil. El padre de Mika estaba a su lado orgulloso, explicando cómo habían hecho cada cosa y regalando trozos de un enorme bizcocho en forma de dragón que también habían traído. Gustó tanto la ciudad que nadie se atrevió a coger ni siquiera un perrito de galleta.
FONSECA, Javier (2011): El caso del dragón de fuego rojo, Madrid, Mcmillan, Clara Secret, 5. Pág. 81. Ilustración de Joaquín González.
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