miércoles, 10 de abril de 2013

Panem et cinrcenses

-Bueno, puede que la ciudad consiga sobrevivir un tiempo -dice Plutarch-. Seguro que hay reservas de emergencia. Pero la principal diferencia entre el 13 y el Capitolio son las expectativas de la población. El 13 estaba acostumbrado a las privaciones, mientras que en el Capitolio solo conocen el panem et circenses.
-¿Qué es eso? -pregunto; obviamente reconozco el panem, pero el resto no lo entiendo.
-Es un dicho de hace miles de años, escrito en un idioma llamado latín sobre un lugar llamado Roma -me explica-. Panem et circenses quiere decir "pan y circo". El que lo escribió se refería a que, a cambio de tener la barriga llena y entretenimiento, su gente renunciaba a sus responsibilidades políticas y, por tanto, a su poder.
Pienso en el Capitolio, en el exceso de comida y en el entretenimiento definitivo: los Juegos del Hambre.
-Entonces, para eso sirven los distritos, para proporcionar el pan y el circo.
-Sí, mientras así era, el Capitolio controlaba su pequeño imperio. Ahora mismo no puede ofrecer ninguna de las dos cosas, al menos en las cantidades a las que acostumbraba su gente -dice Pitarch-. Nosotros tenemos la comida y yo estoy a punto de orquestar una propo de entretenimiento que va a ser muy popular. Al fin y al cabo, a todo el mundo le gustan las bodas.

Suzanne Collins (2010): Los Juegos del hambre III. Sinsajo. Editorial Estrella Polar, L'Illa del Temps, 17: Barcelona. Pag. 243.

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