-¿Sabes, Frits? A veces preferiría ser un pato. O una cigüeña. O un pájaron cualquiera.
El niño frunció el ceño, sin entender. El señor Dussel continuó hablando.
-Cada día que amanece salen a buscar comida. Y la encuentran. Así, día a día. O aparece un trozo de pan duro en algún rincón, o algún gusano, o alguien les tira unas migajas, como nosotros. Aunque no sepamos si tienen hambre.
Les lanzó más comida, para acompañar sus palabras, y los patos dieron buena cuenta de ella rápidamente:
-Estoy contento con mi vida, Frits, pero no te voy a engañar: es cierto que en ocasiones paso hambre. Paso más hambre que cualquiera de esos patos –alzó a vista-. Más que aquellas cigüeñas. Más que cualquiera de esos gorriones. ¿Puedes entenderlo? Tengo hambre, pero también tengo rabia.
FERNÁNDEZ SIFRES, David (2013): Luces en el canal, Madrid: SM, p. 36-37. Premio Barco de Vapor.
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