Meghan permanece quieta durante un momento en el granero para recuperar el aliento, atrapado en pequeñas burbujas entre los Cheetos que le atiborran boca y garganta. Inspira, espira. Inspira, espira. Mastica con la boca abierta, resollando mientras come. El hormigueo se ha extendido brazos arriba y piernas abajo: es una blancura ruidosa, como un canal de televisión sin sintonizar. Muy pronto, le arrasará el estómago, le inudará el corazón y los pulmones como agua tibia, le llenará la garganta, la boca y la cabeza. Se ahogará en la nada. Meghan ralentiza sus movimientos: ya puede dejarse caer, hasta el final. Saca la última chocolatina de la mochila algo reticente. Desliza un dedo bajo la solapa de papel de plata. Quiere a la vez engullirla de un bocado y lanzarla lejos.
GEORGE, Madeleine (2011): Apariencias, Madrid, Editex, Libros de Mochila, p. 159.
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