domingo, 8 de mayo de 2011

Comer de manera compulsiva para calmar las angustias




Mª Carmen de la Bandera a l`IES Jaume I (Salou)

“Mamá dice que tengo que adelgazar, pero la comida me atrae. Cuando siento soledad y angustia, el comer me sosiega y relaja. No puedo dominarme y, además, lo que más me gusta son los “bocatas” y los dulces. Así es imposible perder kilos”. (pág. 13).

“Como demasiado, lo reconozco. En casa desayuno bien, luego, el bocadillo para el supuesto recreo; el dinero que tengo me lo gasto en bollos. Devoro más que como. No quiero pesarme, la última vez que lo hice, fueron 66 kilos, que para mi 1, 58 ya es demasiado. Ahora… ¡sabe Dios! En cambio, Javier, cada día más alto y más guapo. Mamá dice que él come de menos y yo de más. Siempre le hace algún plato que le gusta porque… está creciendo. ¿Y yo? También sigo creciendo. Si perdiera diez kilos, parecería más alta, pero no puedo, es superior a mí, tengo que seguir comiendo.” (p. 27).




“En Navidad, con tantos dulces, he engordado. Odio la báscula del baño acusadora. Un día de estos la tiro por la terraza. Lo pienso, pero luego me digo: “Marta, eres tonta: con eso no adelgazas”. Pepa trata de quitarle importancia a lo de mi gordura. El otro día me presentó fotos de mujeres famosas e importantes: Gloria Fuertes, Cristina Almeida y otras. Todas gordas. Así, es fácil, porque de ellas no se ríen. Por encima del aspecto de su cuerpo destaca su inteligencia, pero a mí me miran todos, se burlan. Si algún día lograse se una escritora famosa, sería distinto”. (p. 49-50).

“Lucharé hasta conseguir lo que quiero: seré escritora, periodista. Si otros lo hacen, ¿por qué yo no? Pepa me anima, dice que los buenos alcanzan la meta. Cada día soy más amiga suya. Sabe llegar a partes de mí que nadie conoce. A mis íntimos secretos. Ya hablamos abiertamente del problema de los kilos. Antes no quería ni mencionarlo, le quitaba importancia. Ahora, como estoy más animada, me aconseja que visite a un endocrino y siga un régimen de adelgazamiento. ¿Seré capaz? Mamá está deseando, dice que por el dinero no me preocupe. ¡Qué ilusión si perdiera diez kilos! Siempre aplazo esta decisión, y es que ¡me atrae tanto la comida! (p. 75).

“Come de una manera impulsiva para calmar sus angustias. Esta forma de comportarse viene desde pequeña, al observar que su madre premiaba al hermano cuando apuraba la comida. El niño siempre fue de mal comer y la madre le prodigaba unos cuidados que, según creía ella, Marta no los necesitaba. Ahí empezó su ansia por comer como forma de sentirse más querida. “ (p. 96).

“Antes odiaba mi cuerpo, me odiaba toda. Ahora me miro al espejo y me gusto; sin estar delgada, creo que tengo las justas proporciones; he perdido 8 kilos. Ya no me importa la báscula, no como de una forma compulsiva. Antes, quería morirme. Ahora, amo la vida. Antes, no tenía amigos. Ahora, todos quieren serlo, soy la preferida, la favorita de la clase, la famosa del colegio. “ (p. 116).

BANDERA, Carmen de la ( 1997): Íntimos secretos, Madrid, Anaya, Tus Libros

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Related Posts Plugin for WordPress, Blogger...

ENGRANDEIX EL TEXT