sábado, 28 de mayo de 2011

Cuídate para no caer enferma

“Después de la breve visita a la UCI, se dirigieron a la cafetería del hospital, sobre todo porque Adrián se enteró de que aquel día ella no había probado bocado desde el desayuno. Aunque Nuria aseguraba una y otra vez que no tenía hambre, no podía consentir que su novia se descuidase de aquella manera, arriesgando su salud. Tuvo que insistir con firmeza y, aunque ella rechazaba todas sus propuestas alimenticias, terminó pidiendo un sándwich vegetal.
Mientras la observaba comérselo, estuvo tentado de soltarle todos esos consejos que con tanta frecuencia se repiten: come bien y de manera regular, piensa en ti misma y cuídate para no caer enferma, tu cuerpo debe estar fuerte para que también lo esté tu mente… Pero no lo hizo y permaneció en silencio, mirándola. Y se alegró de no haberlo hecho. Era mejor casi haberla obligado a comer algo que soltarle monsergas que ni siquiera iba a escuchar”.

GÓMEZ CERDÁ, Alfredo (2011): El rostro de la sombra, Madrid, SM, p. 99.

Ressenya del llibre

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